Este mes, gracias a un regalo de mi marido, tuve la suerte de viajar a Egipto. Hacía tiempo que quería visitar este país por su cultura y sus historias llenas de magia y misterios. Además tengo allá mi gran y querido amigo Adam Elwan. Conocí a Adam durante mi periodo de estudios en Florencia. Nos conocimos en la escuela y vivimos juntos dos años compartiendo piso, interés por la joyería y mucho divertimiento. En este viaje tuve entonces la oportunidad de ver como ha conseguido desarrollar su negocio y conocer las valiosas personas con las cuales trabaja.

La visita empezó en la zona del mercado mas grande de El Cairo, Khan el-Kalili. En este antiguo mercado se vende hoy en día de todo y se pueden encontrar allá tanto cairotas como turistas en busca de recuerdos. Como todos los souks, el Kalili es un conjunto de callejones laberintico donde es facíl perderse sobre todo si, como hemos hecho, se sale de las zonas comerciales para llegar donde están los talleres.

Pasamos por calles repletas de gente y mercancías a callejuelas completamente vacías, subiendo estrechas escaleras completamente oscuras y encontrándonos con muchos gatos! Visitamos el primer taller donde cortan las piedras con infinita precisión para que encajen a la perfección en las piezas diseñadas por Adam.

Seguimos caminando por el labirinto llegando al taller del hombre que se ocupa de terminar las piezas limpiándolas y abrillantándolas. Este increíble señor, como todos los demás, trabaja para diferentes personas, seis días a la semana, no sé cuantas horas al día, a la pulidora en esta habitación! Otro mundo…

Finalmente terminamos en el “micro-taller” de los joyeros. Creo que este taller mide dos metros por dos como mucho y en el trabajan tres fantásticos artesanos, cada uno en su mesa, rodeados de todo lo necesario para trabajar en un espacio tan reducido. Aquí Adam me explicó que algunas piezas llegan ya cortadas a laser para que se terminen y otras se cortan a mano como por ejemplo el circulo mas grande que tengo en la mano junto a dos mas pequeños y la luna. No consigo ver la diferencia entre corte a mano y a maquina. Impresionante.

Al día siguiente fuimos a visitar la nueva tienda de Adam que está al sur de la ciudad en el barrio llamado Maadi en La Maison du Caire, un edificio de dos plantas donde diferentes artistas tienen su espacio. La tienda de Adam es muy bonita, sencilla y tranquila. El precioso suelo se parece un poco a los suelos hidráulicos catalanes y en las vitrinas hay piezas tanto en plata como en oro.

Un lugar perfecto donde aprovechar para comprar un precioso recuerdo de este país que nunca olvidaré. Si pasad por El Cairo no dejéis de pasar por la tienda y, recordad, podéis seguir el trabajo de Adam a través de su pagina de Facebook: ADAM ELWAN DESIGN